¿Que es el camino de mano izquierda?
El término camino de mano izquierda
–Left Hand Path- entra en Occidente
debido a la obra de la fundadora de la Teosofía Helena Blavatsky, esta autora
afirmaba que durante sus viajes por la India y el Tibet había conocido adeptos
de una rama poco ortodoxa del hinduismo que basaba sus prácticas espirituales en
el rompimiento de lo que tradicionalmente era considerado como tabú en esa
religión. La palabra en sánscrito Vamamarga se traduce como Camino de Mano Izquierda
e identifica el quehacer de las personas que para trascender espiritualmente se involucran
en prácticas sexuales, adoración de deidades con aspectos destructivos –como
Kali-, en consumo de alcohol, drogas y
alimentos prohibidos.
Blavatsky toma el concepto y lo equipara a la magia negra que para ella
designaba lo que en esoterismo era maligno o moralmente censurable. Asimismo
hace la afirmación de que la Teosofía era una orden de mano derecha empezando
de ésta manera una división que hasta entonces no se conocía en el esoterismo
occidental. Aunque era claro que desde siempre han existido prácticas como la
invocación a los muertos –necromancia- o el intento de dañar a otros por medios
mágicos –maldiciones— que las religiones
señalan como reprobables. Sin embargo las
categorías morales de la Teosofía a las que se adhirieron otros ocultistas son
una sobre simplificación de lo que actualmente se entiende como Mano Izquierda
en esoterismo.
El hecho está en que la oposición y
rompimiento con los valores socialmente
establecidos –incluidos los religiosos- y las prácticas sexuales resultan
en la liberación de energía que puede ser
utilizada en la manifestación de cambios en el individuo y su entorno debido
a que cimbran nuestra percepción de la realidad desde sus bases.
Otro de los grandes momentos en el
desarrollo de la mano izquierda se da en el año de
1912 cuando Theodor Reuss, jefe de la Ordo Templi Orientis, una orden alemana
con raíces masónicas, se presentó en la casa que Aleister Crowley tenía en Londres para reclamarle
el haber revelado los secretos de su agrupación, específicamente los
correspondientes a la magia sexual que practicaban los adeptos de grado
IX. Aleister negó rotundamente esa
acusación por lo que Reuss le mostró el capítulo 36 del Liber CCCXXXIII,” El
libro de las mentiras” en el que se encontraba el siguiente párrafo; “Bebed del
sacramento y pasadlo los unos a los otros. Lo que el alemán interpretaba por
“sacramento” era el semen del Mago tomado directamente del cáliz –vagina- de su
compañera dentro de un contexto ritual, operación que entre otras cosas servía
para cargar talismanes. Lo que Crowley quiso decir queda a discusión, sin
embargo de en ese encuentro el inglés vio un vehículo que le serviría de
plataforma para impulsar sus ideas y publicar sus libros y el alemán una forma de expandir la
influencia de la OTO, al final ambos llegaron a un acuerdo que derivó en el
nombramiento de Crowley como cabeza de la OTO para Inglaterra y a la muerte de
Reuss como líder absoluto de la orden.
A pesar de que para muchos Crowley es el paradigma del mago negro por la inclusión de rituales sexuales en sus trabajos, la experimentación con drogas y su inclinación por cuestionar la moral de su época, dentro de su particular sistema él no se consideraba como tal ya que en la metafísica Crowleyana un mago negro era la persona incapaz de abandonar los apegos terrenales al momento de saltar el abismo un punto que designa un logro espiritual particularmente importante.
A pesar de que para muchos Crowley es el paradigma del mago negro por la inclusión de rituales sexuales en sus trabajos, la experimentación con drogas y su inclinación por cuestionar la moral de su época, dentro de su particular sistema él no se consideraba como tal ya que en la metafísica Crowleyana un mago negro era la persona incapaz de abandonar los apegos terrenales al momento de saltar el abismo un punto que designa un logro espiritual particularmente importante.
Obviando muchas otras contribuciones
al camino de mano izquierda podemos pasar a la
segunda mitad del siglo XX cuando entra en la escena americana Anton Lavey.
LaVey era una mezcla de showman, pícaro
oportunista, comunicador, y auto promotor, que pudo leer correctamente que los
tiempos estaban cambiando y se montó en la ola del rompimiento de los esquemas
sociales. A partir de allí juntó algunos adeptos, recicló algo del material
disponible alrededor de las misas negras y el culto a Satán y expuso su versión
personal del mismo.
El Satanismo Laveyano es más que nada filosófico,
ya que consideraba a Satán como la representación de una idea más que de una
deidad, sus principales postulados se centran en un hedonismo manifiesto y en
la consecución de los deseos por cualquier medio necesario, material o mágico.
Estos objetivos más bien mundanos
eventualmente fueron evolucionando cuando LaVey fue atrayendo a su esfera
algunos practicantes que se dieron cuenta de que Satán como el primer rebelde a
Dios –en el contexto cristiano-, era una manifestación del camino evolutivo del
ser humano, lo que se fue delineando como una meta a seguir. El siguiente paso
lo daría uno de los antiguos seguidores de Lavey; el ex militar Michael Aquino
que se separaría de su mentor para fundar el Templo de Seth con un punto de
vista que excluía el anticristianismo de la Iglesia de Satán. Para los
Sethianos es muy importante la conciencia individual que como centro del
universo personal debe ampliar sus límites más allá de las posibilidades
humanas manifiestas, apuntando hacia la autodeificación. La clave de todo es la
voluntad de llegar a ser y el camino a seguir es el antinomianismo, es decir
renegar de la mentalidad del rebaño y tomar decisiones como ser consciente que
pretende evolucionar.
La idea de la deificación pudiera
parecernos como algo novedoso, sin embargo es un concepto que ha estado
presente desde el inicio de la civilización. Baste recordar el poema de
Gilgamesh la epopeya mas antigua de la que tengamos memoria en la que el héroe
sumerio se embarca en la búsqueda de la inmortalidad y por supuesto el Génesis
de la Biblia donde el leit motiv que da paso al drama humano es la promesa que
hace la serpiente a la pareja primigenia diciéndoles que serían como Dioses si
comían del fruto del árbol de bien y el mal.
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